Probablemente la necesidad de convertirse en un buen negociador, surge de la diferencia de necesidades, opiniones o deseos entre dos o más involucrados. Hablar de una negociación es hablar de persuasión, de una buena argumentación y por supuesto de comunicación efectiva. Para ser un negociador eficaz hay que entender que el lenguaje articulado es una de las herramientas más poderosas con las que cuenta el ser humano para generar un efecto en los demás.
Si bien diversos autores han tratado de clasificar las diversas personalidades en “tipos de negociadores” y se han planteado algunos estilos, métodos o técnicas para lograr negociaciones favorables, existen algunos aspectos en común que podemos encontrar en aquellos que logran sus objetivos.
Para empezar hay que reconocer la personalidad, los valores, las necesidades y características de la contraparte negociadora y adoptar una postura ganar- ganar; es así como se podrá entablar una buena comunicación. En este proceso vale la pena estar muy atentos y detectar los puntos en común así como los puntos de divergencia entre los involucrados, para ello es necesario escuchar activamente para dar una retroalimentación acorde a lo que se está diciendo de manera verbal y mediante el lenguaje no verbal.
Si eres capaz de reconocer pequeñas señales que te indiquen la aceptación o la no aceptación de las propuestas, podrás utilizar la información para mover la negociación hacia adelante. Para obtener datos que te permitan realizar propuestas atractivas para ambas partes, realiza preguntas oportunas y haz ver el valor de las propuestas de manera que sea fácil decidirse por ellas.
Finalmente, mantén una actitud abierta en todo momento, esto te permitirá ser flexible y considerar diferentes posibilidades que les puedan beneficiar a todos los involucrados, tomando como punto de partida los intereses comunes, los prioritarios para cada una de las partes y las características individuales de los negociadores.
¡Éxito!
@RamStelle
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